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Naci el primer día de verano 1990 (21 de junio), sobre las 9h30 de la mañana, en Versalles, muy cerca de París, ciudad famosa por su Palacio y su rica historia.
Tuve la suerte de vivir en una casa comoda en la misma ciudad donde nací, con mis padrés que al día de hoy siguen viviendo felizmente juntos, con mi hermana mayor de dos años, y un perrito (Rocambol), un Cocker Spaniel, anque no tengo muchos recuerdos de el, ya que murió unos años despues mi nacimiento.
Muy temprano en mi vida pase mucho tiempo en la finca de mis tios, ganaderos y lecheros. A unas 4 horas de nuestra casa, era el sitio ideal para pasar cada vacaciones escolares, desconectar de la ciudad y estar en familia, con mis primos, mi tios y mi familia.
Pocos recuerdos tengo de mis primeros años de vida, como todo el mundo, pero si que me recuerdo haber ordeñado una vaca, con mis pequeñas manos, para que cayerá la leche en una cesta. A la epoca todo era muy manual, no sentabamos en un pequeño tabouret para ordeñar las vacas. También mis mejores recuerdos de mis primeros años fue el contacto con los perros de mis tios, siempre perros de pastoreo, Border Collies, Pastor Alemanes, y mestizos de esas razas.
Es realmente a partir de los 7/8 años que mi obseción por los perros empezó, y me recuerdo pedir de forma constante un perrito a mis padres.
Un día, me comprarón un magazine de perros en venta, y me recordaré siempre mirar con mucha ilusión cada raza y soñar de tener un perrito.
Un día mis padrés me hicieron el mejor regalo posible, y compramos a Paco, un cotón de Tuleár.
Con Paco, eramos inseparables, lo quería con todo mi alma. Por disgracia, despues 4 años, empezo a tener problemas de salud. Tenía 9 años cuando le acojimos en nuestra familia, tenía 14 cuando me tuve que despedir de el.
Me acordaré siempre, despues de haber luchado varios meses contra un cancer de la piel, tuvimos que ir al veterinario para dormirle. Fui con mi madre a la clinica, y cuando me preguntó el veterinario si quería salir mientras seguía adelante, le dije que no, y me quede sujetando la pata de Paco mientras la vida se iba de su cuerpo.
Para mi fue un momento muy traumatizante, me recuerdo llorar cada noche, en mi cama, mientras escuchaba la canción "Hallelujah", del CD de mi hermana de las canciones de Shrek. Realmente nunca hablé de eso a nadie, era un niño que había perdido su mejor amigo, no sabía como y con quien hablarlo, y más de 25 años despues, me di cuenta empezando terapia que ese evento tenía repercusiones sobre mi ansiedad, mis miedos a la muerte.